Obligado por la cuarentena a suspender su trabajo como fotógrafo de artistas, de arquitectura y de sociales, Gabriel Lemme decidió subastar por internet -cada sábado mientras duren las disposiciones de aislamiento social- una obra enmarcada de fotografía artística. La respuesta del público ha sido muy positiva hasta el momento, según evalúa para LA GACETA.
“Cada vez que necesité dinero por alguna emergencia he recurrido a ofrecer las obras montadas que tenía por Facebook (su página es https://www.facebook.com/gabriel.lemme, que es el lugar donde expongo mi trabajo desde hace por lo menos siete años y donde mucha gente interesada en la fotografía me deja comentarios elogiosos -comentó-. Es una forma de ir generando un pequeño mercado de arte, porque así tiento a la gente que quiero, a mis amigos y al público que le gusta mi trabajo, a que adquiera una de las obras”.
El piso de la subasta lo fija de acuerdo a cuánto le costó enmarcarla, según el tipo de madera de soporte y si tiene vidrio o no; y a partir de esa cifra el público va haciendo sus ofertas hasta el cierre del remate.
Hasta hace siete años, Lemme era un estudiante de arquitectura a punto de recibirse, pero decidió abandonar esa carrera para dedicarse de lleno al arte, que era lo que realmente le interesaba.
“Lo primero que hice fue sumarme a la construcción de un mural de mosaiquismo en la Parroquia San Gerardo (avenida Alem al 500), con el que trabajé un año y medio ad honorem”, contó. Luego hizo “Secreto en la voz del pueblo”, un relato visual basado en el crimen de Paulina Lebbos; otra serie inspirada en el Papa y la falocracia, donde está ausente lo femenino, y una intervención poética en los Tribunales contra el intento de anular las elecciones provinciales, entre otras performances donde la fotografía aparece como registro de acciones y de conceptos.
Mensaje político
En 2016 presentó “OMA: objeto metafórico asfixiante. La revolución de la alegría”, cuando el entonces presidente Mauricio Macri vino a Tucumán a festejar el Bicentenario, una intervención con discurso político. “Eran unos globos amarillos inflados con helio y atados a una soga que simulaba una horca -explicó-. Y desde hace dos años, con un equipo venimos desarrollando un proyecto titulado ‘La televisión ha muerto’, una performance que denuncia a los medios monopólicos de comunicación. El primer concepto ha sido colocar televisores en la cabeza de personas para darle una imagen a ese dominio”. Con esa propuesta ha recorrido distintos espacios públicos y privados de la provincia y participado además en festivales culturales multidisciplinarios.
Todos los proyectos artísticos que aborda Lemme son independientes y autofinanciados. Sus temáticas se enlazan con el aquí y ahora, y busca expresarse a través del arte. También aspira a, en algún momento, hacer arquitectura desde el arte. “Una arquitectura donde el mercado y la economía no sean tan determinantes -argumentó-, donde lo principal sea el concepto o la belleza. Hoy un arquitecto es un engranaje más en una ciudad que destruye su patrimonio para hacer lo que más plata deja a los dueños del capital: cocheras, edificios de muy pocos metros cuadrados, o casas ‘de revista’, en esos cánceres urbanos que son los countries y barrios cerrados”.